|
7-
LAS PRÁCTICAS ECONÓMICAS |
Santa
Fe nacerá como una “encrucijada”, como un punto de encuentro de
rutas comerciales, como una posta entre poblaciones demasiado lejanas
pero también como un freno para la expansión de los aborígenes del
monte chaqueño. Juan de Garay a través de su política de “abrir
puertas a la tierra” procuró conectar Asunción, ciudad desde donde
sale con su expedición, con el eje andino y con el Plata. Así, después
de fundada esta ciudad, desde Asunción se descendía hasta Santa Fe
para evitar el impenetrable monte y por la ruta de Córdoba se llegaba
hasta el Tucumán y el Potosí.
Santa
Fe se erige, de este modo, como un nudo obligado de comunicaciones, en
un espacio articulador de los intercambios que se realizaban entre
Buenos Aires, Asunción, Córdoba y Entre Ríos con destino al Alto
Perú. Por Santa Fe pasaban los productos del Paraguay como la yerba
mate, algodón, azúcar, tabaco, maderas y miel en su camino hacia el
noroeste, hacia el famoso cerro de Potosí. Paralela y
complementariamente a este tránsito, nuestra ciudad, se constituirá
en centro productor de ganado mular, imprescindible como fuerza de
carga y para el trabajo en las minas, ya que allí se necesitan mulas,
animales de carga fuerte y sufridos capaces de andar por las
escarpadas montañas y terrenos pedregosos. Dado que la cría de mulas
era imposible de realizar en zonas montañosas, se la hacía en estas
llanuras.
La
prosperidad de los santafesinos estará ligada a la cría y a la
comercialización del ganado; la zona de reserva permanente de ganados
para los santafesinos será “la otra banda”, es decir el actual
Entre Ríos o el llamado “Valle Calchaquí”, que se extiende
siguiendo la margen izquierda del río Salado. Era allí donde
realizaban vaquerías que proveían de abundante cargamento de cueros
y de cebo al comercio exterior. Para Santa Fe también fue importante
el comercio fluvial ya que fue un puerto natural adonde llegaban
barcas con los productos del Paraguay. La ciudad funcionaba como
unidad económica relativamente autosuficiente. Los vecinos mantenían
cultivos de trigo, vid y hortalizas. En las estancias de los
alrededores se criaba ganado o se buscaba el cimarrón.
Por
la ciudad trajinaban comerciantes y mercaderes del Perú, Paraguay,
Chile, Cuyo, Tucumán y Buenos Aires trayendo tropas de carretas con
botijas de vino y ropa de la tierra como cordellate y bayeta y
fondeaban en el puerto barcos y balsas cargados de yerba del Paraguay,
tabaco y miel o las vigas de madera largas y resistentes que traían
de Corrientes, siguiendo, Paraná abajo, “el camino de la madera”.
Los pulperos de la ciudad
abrieron sus tiendas y pulperías donde vendían el abasto a los
vecinos, aunque no siempre de acuerdo al arancel que fijaba el
Cabildo.
El ganado cimarrón. Florián Paucke
|
LOS
OFICIOS
|
Garay
no salió a asentar un fuerte sino a fundar una ciudad, por eso trajo
herramientas y hombres expertos en su manejo, de allí que en la
ciudad vieja hubiera carpinteros, herreros, sastres, zapateros, todos
oficios vitales para la subsistencia de la ciudad.
Para
construir las viviendas, el carpintero comenzaba por hacer los
“tapiales” para levantar los muros de tapia, luego venía el
maderamen con sus vigas, dinteles, puertas y ventanas. El carpintero
iba personalmente al monte en busca de madera de algarrobo o espinillo
que cortaba y aserraba con ayuda de indios o esclavos; también era la
persona que hacía los muebles, sillas, escaños, mesas etc. Hubo
también herreros, de ellos dependía el arreglo y aún la fabricación desde
las armas hasta las herramientas de trabajo: lanzas, picas, llaves de
arcabuces y horquillas de mosquetes, espadas y alabardas, hachas,
clavos, anzuelos, cerrojos, candados, hierros de marcas de ganado y herraduras.
En
1594 se estableció una carnicería para la ciudad pero como no había
quien la atendiera el Cabildo debió hacerse cargo de ello; la
fabricación y venta de pan se hacía primeramente en las casas de
familia hasta que en 1640 se instalaron las panaderías públicas.
Antes de eso, algunas casas como la de Antonio Vera Muxica tenían una
atahona que le permitía hacer la harina. En 1652 se produjo una
huelga en la que participaron patrones, obreros y mujeres porque el
Cabildo obligó a que el pan se vendiera en su puerta y con el precio
que éste fijaba.
En
las pulperías se realizaba la venta de productos como vino, tabaco,
azúcar y yerba. Los comerciantes viajeros proveían a la población
de ropa, enseres y comestibles. También se comercializaba el vino
local para consumo interno. Otros hombres de trabajo eran el zapatero,
el platero, el sillero -que hacía las sillas jinetas- sastres y
pintores de cuadros. La transmisión del oficio solía hacerse a través
de la tradicional relación medieval del maestro-aprendiz. Dentro del
ámbito doméstico se practicaban otras artesanías como el hilado y
el tejido. En las chacras que rodeaban la ciudad se cultivaba para la
alimentación de los habitantes que también tenían en sus solares
algunas huertas.
|
|
|
Aclaraciones
y vocabulario |
Encrucijada:
paraje donde se cruzan dos o más caminos.
Juan
de Garay: (1528-1583) explorador y colonizador español,
nacido en Vizcaya. Fundó Santa Fe y Buenos Aires.
“Abrir
puertas a la tierra”: expresión usada por Juan de Garay que hace referencia a su
propósito de fundar ciudades para romper con el aislamiento de Asunción,
ciudad desde donde parte con su expedición, conectándola no sólo
con la salida al mar para ir a España, sino también con el Alto Perú,
centro político y económico. No es sólo una expresión exclusiva de
Garay sino que forma parte de la estrategia promovida por los
funcionarios españoles para la conquista y colonización de esta
parte del continente.
Cerro
de Potosí: centro minero americano, situado en Alto
Perú, actual Bolivia, al sur de la ciudad del mismo nombre, fue el
principal productor de plata de toda América durante el periodo
colonial. La existencia del mineral de plata en el cerro de Potosí
fue descubierta accidentalmente en 1545.
Vaquerías:
eran las expediciones que organizaba el Cabildo para capturar ganado:
un grupo de hombres salía al campo a caballo, con el desjarretador se
les cortaban los tendones de las patas, lo que impedía a los animales
moverse. Los jinetes debían ser muy rápidos para hacerlo. A las
bestias tiradas en el suelo se les sacaba el cuero, la grasa y las
cornamentas. Con este permiso se lograba la preservación de los
animales traídos por los fundadores, dado que las óptimas
condiciones de esta zona permitieron su gran reproducción.
Cimarrón:
salvaje, sin dueño.
Cordellate
y bayeta: telas de lana.
Muros
de tapia: muros hechos de tierra apisonada con su
humedad natural que se introducen en el encofrado formado por unas
tablas lisas y bien cepilladas llamadas tapiales. Se apisonaba con los
pies y luego con pisones.
Escaños:
banco con respaldo para tres o cuatro personas.
Atahona:
molino de harina cuya rueda se mueve con caballería.
|
|
Textos |
Paula
Busso y Rosalía Aimini. Servicios didácticos del D.E.E.C y
Asociación Amigos de S.F.L.V. Marzo de 2003 |
<anterior |
siguiente
> |
|